Jesús M. Morote
Como vimos en la conferencia precedente, Bergson pretende poner fin a las distintas visiones del mundo que presentan las diferentes corrientes filosóficas. Poca relevancia tendría esa larga discusión, ese perenne debate entre cosmovisiones contrapuestas e irreconciliables, si solo se tratase de especulación. La cosa, sin embargo, es mucho más seria. Aunque en 1911, cuando Bergson pronunció estas conferencias en Oxford, todavía estaban por llegar las más terribles consecuencias derivadas de la lucha entre visiones del mundo fundadas en una Metafísica fuerte, como la de Platón (una Metafísica de los conceptos que sustituyen a los entes, de la sustitución de lo único real, lo percibido, por una abstracción arbitraria de lo percibido, o sea, lo concebido), es decir, las dos guerras mundiales, Auschwitz, Hiroshima y el Gulag, ya se podía detectar en el ambiente social, económico y político, la olla a presión de rivalidades ideológicas (es decir: metafísicas) en que se estaban convirtiendo las sociedades occidentales, con el arraigo de los nacionalismos, los suprematismos raciales, los socialismos, los comunismos, los anarquismos y los integrismos reaccionarios, dando lugar a crecientes conflictos entre todos ellos, lo que, para un observador atento e inteligente como Bergson, no podía pasar desapercibido ni dejar de inquietarlo con las perspectivas de un negro futuro.

Sigue leyendo →
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...