Héctor J. Ibáñez Durá
Follow @DemostenesUNED
Frente a la visión planteada por ¿Qué hacer?, calificada habitualmente de «utópica», se alza Dostoievski, a quien, recién llegado de Siberia, todo lo anterior sonaba a befa. Su experiencia con toda clase de presos, desde criminales impenitentes, hasta cleptómanos irreparables, pasando por mercenarios deshumanizados, instigadores políticos, etc., le hizo advertir la profunda complejidad del alma humana, a menudo contradictoria. ¿Cómo era posible –se preguntaba– que aquella turba de los peores delincuentes del país fuese en ocasiones capaz de mostrar la mayor clemencia y benevolencia entre sus compañeros presos?
La crítica de Dostoievski a la cultura occidental (III de III)
3 respuestas