Jesús M. Morote
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Con la austera precisión que usaban los romanos el jurista Ulpiano definió la Justicia como «Constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi», es decir, la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho. En esa definición se manifiesta con claridad la naturaleza recíproca del Derecho, donde todo derecho tiene su correlación con una obligación: siempre hay alguien que da, que «tributa», en el sentido etimológico de tribuere en la definición de Ulpiano. La Justicia exige, pues, según la imagen que de ella tenemos, que haya un equilibrio: que quien está obligado con otro, cumpla su prestación y que quien tiene derecho a ésta, la reciba.
La importancia de llamarse Víctima
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